
The crying light
A pesar de todo, se acerca la publicación oficial de este disco (20 de enero), y nos habíamos prometido hablar de él antes de ese día. La fecha en la que llegará el disco a nuestras tiendas será la misma, ya se puede comprar desde la web oficial de Antony and The Johnsons, y en estos últimos días hemos visto hablar de él en numerosos blogs y medios de comunicación.
Precisamente en la entrevista que publicó El País, Antony hablaba del tema principal de este disco: la perfección de la naturaleza, su relación con ella y la necesidad de cuidarla, tal y como ya se dejaba entrever en el EP de Another World, que se publicó en octubre de 2008. Esta inspiración en la perfección y la armonía se percibe en cada una de sus pistas y en el conjunto global del disco, constituyendo el hilo conductor en este viaje emocional que nos propone Antony, esta vez con más luz de lo habitual.
Al contrario que en el anterior I am a bird now (2005), no se incluye en este disco ninguna colaboración con otros artistas (tan frecuente en él), con lo que este álbum queda reducido a la sobrecogedora voz de Antony acompañado de su piano, e incluso casi al final del disco incluye un tema a capella, Dust and Water. Pero esto es más que suficiente para que Antony transmita todo lo que quiera, y en esta ocasión no nos ofrece tanta melancolía y tormento como en anteriores ocasiones, sino que encontramos algunos temas bastante alegres (todo lo alegre que puede llegar a ser la voz de Antony, claro) como Epilepsy is dancing, Kiss my name o Everglade. Junto a ellos, tenemos al habitual Antony melancólico en temas como Her eyes are underneath the ground o One dove, siendo esta última la canción que, a título personal, destaca entre todo el disco. En One dove Antony suplica que una paloma le traiga el equilibrio, la paz interior, que lo conduzca a través de la oscuridad y las pesadillas.
Con este disco, aunque pudiera parecer imposible, Antony Hegarty nos ha mostrado un nuevo registro, utilizando de nuevo su capacidad para transmitir y emocionar dándonos un mensaje más optimista y sosegado. En definitiva, una joya capaz de transmitir emociones, cambiarnos el ánimo, hacernos sonreír o llorar, un disco que te acompaña, de los que ya no se hacen.
Antony and The Johnsons estarán en nuestro país presentando The crying light el 15 de abril en Barcelona (Palau de la Música, entradas agotadas), el 5 de mayo en San Sebastián (Kursaal, entradas a la venta próximamente en Kutxa.net -aunque aún hay confusión en torno a esto-), el 7 de mayo en Murcia (Auditorio de Murcia, entradas a la venta en TickTackTicket por 50 euros), y el 11 de mayo en Madrid (Palacio de Congresos, entradas también en TickTackTicket entre 60 y 70 euros). Aunque no esté al alcance de todos, seguro que merecerá la pena.
No sé, está bien, pero no me parece ni mínimamente comparable a una obra maestra como OK Computer.
desde luego que para mí Ok Computer siempre será el mejor, sólo los he comparado en el punto en que, a nivel personal, son discos especiales o que te marcan en algún momento.
[…] The Crying light, que al haberse filtrado a finales del año pasado, ya pudimos hablar de él aquí. Además de eso también han salido a la venta singles de Bon Iver, Franz Ferdinand y The Killers. […]